Partimos a las 8 de la mañana hacia la zona arqueológica de Cuauhtinchan que se encuentra ubicada en una montaña, en el valle de Malinalco. Se accede al recinto mediante unas escaleras que cuentan con breves explicaciones en cada descanso.

En el interior del Cuauhcalli están talladas en la piedra, una piel con cabeza de jaguar y a cada lado un águila. Se cree que existieron ceremonias de iniciación de los Guerreros Águila y Tigre, las órdenes más importantes de la jerarquía militar mexicana. Entre los más conocidos se encuentra Cuauhtémoc, el último emperador azteca. El marco de entrada al recinto es la boca de una serpiente con colmillos salientes y una larga lengua bífida tallada en el suelo, a modo de alfombra.

La población de Malinalco también nos ofrece: El Museo Universitario Luís Mario Schneider, de alto nivel y con guías locales, nos muestra la importancia que tuvo este sitio, con réplicas del monolito, piezas prehispánicas y muestras de herboristería indígena. El Convento de los Agustinos del siglo XVI, "del Divino Salvador", construido en 1543, y hasta la fecha completamente restaurado, posee hermosas pinturas murales realizadas por artistas locales. Es un edificio que destaca, a nivel nacional, por su belleza y estado de conservación. El Centro Malinalco, con sus calles adoquinadas, también ofrece productos típicos artesanales como nieve de frutas, guayabas rosadas, café orgánico, pan en portales y varios restaurantes para elegir.

El Santuario del Señor de Chalma, ubicado a 10 km, es uno de los santuarios católicos más visitados de todo el país y lo consideran muy milagroso.